25 de febrero de 2010

Huellas en la cama

Preocupada por mi inconsolable nostalgia
he decidido nombrarte mi amante
solo necesito recorrer mi cuerpo con mi mano
mientras en mi mente lo recorres con la tuya.

No necesito tus labios
porque los mios aun recuerdan los tuyos
No necesito escucharte por horas
a la hora del café
porque mis oidos aún escuchan tus palabras
(y aún mi necedad discute con la tuya)

He perdido el brillo de los ojos
y la palidez de mi rostro cada vez
se torna más siniestra
necesito de ti
de tu recuerdo
para no rendirme
ante esta muerte
que ha decidido acompañarme
en mi cama.